La importancia de cuidar el molar de los 6 años

Importancia Del Primer Molar Permanente

Si bien es cierto que es importante cuidar los dientes de los niños desde que son concebidos -acudiendo a control con el odontólogo durante el embarazo para asegurarnos de tener una buena salud bucal, realizar una higiene y eliminar posibles lesiones de caries, si las hubiera- existe un momento de la infancia que es interesante resaltar por su particularidad.

La erupción silenciosa del primer molar permanente

Solemos asociar la erupción de dientes permanentes con la pérdida de dientes de leche: perdemos un diente y unas semanas después aparece en su lugar su diente adulto “sucesor”. Sin embargo, cuando hablamos del primer molar permanente, es necesario tener en cuenta que éste tiene una erupción “silenciosa”, por decirlo de alguna manera; es decir, que aparece sin haber perdido un diente primario. Concretamente, hace erupción detrás del último molar de leche, por lo que muchas veces pasa desapercibido, así que es recomendable permanecer atentos a esa zona durante esta etapa.

Como este diente hace erupción detrás de la última muelita, a veces las madres no lo ven y no empiezan a cepillarlo hasta que es demasiado tarde, cuando ya tiene caries y empieza a doler. El molar de los 6 años es la muela que sale a más temprana edad en boca de un niño –y debería durarnos toda la vida- así que vale la pena aprender a cuidarlo.

Consejos para limpiar el primer molar

Es aconsejable cepillar la zona suavemente, aunque sólo esté asomado un trocito del diente para mantenerla limpia, tres veces al día -al igual que cepillamos el resto de los dientes-, continuar con una dieta balanceada, evitando los excesos de hidratos de carbono refinados, manteniendo buenos hábitos higiénicos y controles periódicos con el odontopediatra.

En la revisión con el odontopediatra, él revisará todos los dientes presentes en boca y nos orientará acerca de la necesidad -o no- de sellantes de fosas y fisuras: se trata de un recubrimiento de resina que se coloca de modo preventivo cuando las muelas tienen naturalmente unos huequitos profundos en su anatomía, lo cual los haría más difíciles de limpiar y por ende, más propensos a la retención de restos de alimentos.